Pintura sobre oleo: Soren Kierkegaard en el salón de café de su casa.
Christian Olavius, 1843.
Se encuentran en una esquina y se sientan en el cordón de la vereda a charlar hasta que un auto los vuelve a poner de pie. De repente, un fuerte movimiento sacude todo. El temblor dura, se hace eterno. La gente desespera y corre. Uno de los dos se guarece bajo un tinglado y se acuesta en el suelo. El otro queda parado en el exacto lugar donde habían comenzado a hablar. Vuelve la quietud repentinamente. El que estaba recostado se acerca al otro y lo interpela con sorpresa -¿no te asustaste?- El otro le contesta mirando al asfalto: -Mi alma vive en ese estado para poder escucharlo a Él.
Moktezuma se rinde a Hernan Cortés. Museo de América (Madrid)
"Cuando los españoles y los europeos llegaban a América, nuestros abuelos nunca dijeron que eran ilegales", recordó en Madrid el presidente boliviano, Evo Morales.
Otra vez
por dormido mal anoche amanecí atravesao.
Por eso le dije a un amigo tu poesía
nada que ver con la poesía,
es harina de otra bolsa.
Y como el hombre se molestó
l´endilgué este discurso: ¿Qué ti has créido ah?
tirás la taba al aire y cuando cae culo
vos decís gané.
Además si tu asunto es engañarte hacé
lo que se te más guste,
largá ventosidades por la boca
y escribilas como poema, pero no me vengás
con que son verdades mundiales.
Cierto le pegué rudamente hoy
por las palabras bostezadoras qu´escribe y él
de manera peor me devolvió los palos.
Si mi abuela viviera nos hubiera dicho dejen
de darse picotazos en la cresta,
con su pan se la coman a la poesía.