martes, 2 de marzo de 2010

Náufrago / Rafael Felipe Oteriño


Salinas Grandes - Jujuy
Foto: Alexis Comamala

Durante años estudié las rutas marinas
en las cartas de navegación. Fueron lecturas
realizadas con ayuda del compás y el sextante.
Así crucé el mar, el ancho mar, protegido
contra todo golpe. Una puesta de sol
era más próxima al último verso del ahogado
que a la hermosa estela donde también
se hunde el sol y se apaga como un murmullo.
La vigilia era una lente para modelar la ilusión
en la monotonía de días a la deriva.
El amor fue siempre una metáfora aérea:
el vuelo alto de una gaviota o la estrella
que vimos caer sin estrépito. Y ahora
la vida me arroja su aceitado cabo
para que lo cobre, para que me deje
llevar por él hasta que encandile el sol
y el pie ensaye de nuevo, en la cubierta,
un equilibrio amenazado por olas de verdad.


Rafael Felipe Oteriño (La Plata, 1945)

de En la mesa desnuda: poemas escogidos 1966-2008.
Ediciones Al Margen. La Plata, 2008.

Atado al mar / Roque Dalton

 Salinas Grandes - Jujuy
Foto: Alexis Comamala

Entre la espuma sucia, bajo los desechos
de los conglomerados,
entre los regalos forzosos del río,
de su veloz crueldad,
entre las fosforescencias crudas,
recién nacidas que otorga la luna,
cara a cara con este pedazo de vastedad
desde el hierro sonoro del muelle número siete,
haciendo ostentación de mi hambre colgada en la caña de pescar
veo tu nombre.


El agua es como el olvido, siempre presente,
y los aromas muertos
apenas son agujas tragadas por mi ensimismamiento.
Yo, el hambre y tu rostro,
el mar lento y lo que sobrenada
tal el paisaje.


¿Martes, la medianoche, Octubre?


(Cuando niño quería huir
del mar al mar en un velero blanco.
Pero la orilla no es el mar, la orilla
tiene uñas poderosas, garras que atrapan para siempre
y que te dan miseria, amor (¡amor!),
un pedazo de tela por qué luchar para cubrir los huesos,
un escombro de vino, un número de fila
para esperar todos los días un pétalo de niebla.
En la orilla nace la culpa, se hace sueño la culpa.)


¿Martes, la medianoche, Octubre, año final
de mi desesperación -tan prudente
la pobrecita hasta ahora-?
Tu rostro permanece en mi sueño culpable,
derrota las vecindades agudas.


Ven, flor de frío, quédate hasta muy tarde
conmigo,
déjame la ceguera.


Roque Dalton  (San Salvador, 1935 – 1975)

De Atado al Mar y Otros Poemas,
Espasa-Calpe. Buenos Aires, 1995.

Sentidos / Alexis Comamala

Lo que uno calla nos entierra,
lo que debimos decir, nos hace naufragar en tierra firme.
Lo que sale de la boca nos amortaja despacio.


Dios no habla o es mudo,
alguien espera las preguntas,
dios no escucha o es sordo.


Alguien desespera en la niebla,
alguien nos otorga, quizás el lenguaje.


El único sentido que ejercita dios es el tacto.


Alexis Comamala

Historia del arte / Alberto Girri

Mordimos sobre cuanto existe hasta escarnecerlo, hasta la desvergüenza, una provocación a lo desconocido, un esfuerzo a menudo ...