salgo
del laboratorio de pruebas
hoy no
había nada fijo
me
pierdo por el centro de la ciudad
voy
decidido en los bordes
camino
en vez de tomar el R2
recorro
librerías de saldo y de viejo
intento
reflejarme en las tapas
pero
hoy no tuve suerte
estoy
arrepentido de la corriente del mundo
continúo
por el centro
miro
de reojo las vidrieras
quisiera
entrar
y
comprar una mirada distinta para mis ojos
voy al
margen por Deán Funes
luego
Colón hasta Jujuy, de
allí hacia el río
gran
masa de gente terminando la jornada
necesito
restablecerme
sigo
hacia Alta Córdoba me espera mi madriguera
ahora
si es mas cueva que antes
al
lado cemento de ocho pisos se levanta
sin
sol para los cactus y las paredes
un día
ceniciento en las narices
llego
a la esquina de Humberto Primo
de un
lado, frente a frente, dialécticamente
la
totalidad:
de un
lado, un prostíbulo y del otro, el sanatorio Mayo
“que
lindo seria morirse” -piensa un señor en el 2º piso del sanatorio-
“en
una cama en terapia intensiva con esa mujer del frente,
ella subiendo
al ascensor, desnudándose al frente mío
y todo cayendo y subiendo por ultima vez”
en
esta zona de la ciudad
se
construye el edificio más viejo de córdoba
durante
treinta años la estructura aguanto,
las paredes,
escaleras y techos
estuvieron
naufragando al lado del Suquia,
ahora
terminado este edificio a puro vidrio
la
inteligencia del planeta es confort
la
vida es ciega
he
llegado a este punto
puente
antartida donde alguna vez dos osos polares
custodiarían
cada uno de los extremos de este paso
ahora
los osos no están
en la
antartida argentina jamás hubo osos polares
cruzo
el puente
a
metros La cañada copula con el río
miro
el agua correr y las garzas brujas pensando la noche
entonces
me acuerdo de vos
y las
miro a ellas trabajando en la oscuridad
con
sus patas y picos que se hunden al paso de un pez
no
tengo que contar todo, pero es necesario encontrar un modo
alguien
contempla el rió a mitad del puente y recuerda:
espejo
negro es el río que en las siestas
con los pibes de Pueyrredón
cruzábamos por Barranca Yaco, Altos Gral. Paz, Los 40 guasos y caíamos en Yapeyú
fundábamos
una isla incierta como Jerónimo Luis
al
lado del cauce pescábamos con botellas
no se,
no creo haber pescado algo en ese río
al
viajar recorríamos los márgenes
casas
de chapa casas de cañas casas de plástico casas de cartón
la
fabrica de jugos San Justo y ya no se
de
vuelta
por
fin al cruzar la antártida necesito un desvió
entonces
diagonal al noroeste
barrió
Ducasse
lugar
sin almas en las calles
aquí
dicen que el conde leyó a su tía el primer canto del Maldoror
la tía
salio espantada a la iglesia para confesarse
entonces
corro, huyo
el
desvió me lleva hasta avellaneda esquina castro barros
unos
garitos
“allí años atrás tuve sexo con una mujer
una estufa era el hilo que separaba la realidad de su
cuerpo
termine afuera,
luego ella se limpio en un fuentón
y me regalo un caballo sin montura
intente subir pero caí desde un segundo piso”
vuelvo, sigo
vi una plaza vacía
luego los
bordes de las vías
el
borde de la esfera,
Sarratea
la subida más pronunciada del país
ahora
la jornada se siente en las piernas
Alexis Comamala
Del libro Barrio ingles. Inedito.
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