Vivimos
todos en la oscuridad, separados
por
franqueables murallas llenas de puertas falsas;
moneda
que se gira para los gastos menudos de la
amistad
o el amor nuestras conversaciones
contra
lo inagotable no alcanzan a tocarlo
cuando
ya se precisa renovarlas, tomar
un
camino distinto para llegar a lo mismo.
Es
necesario acostumbrarse a saber
vivir
al día, cada cual en lo suyo,
como en
el mejor de los mundos posibles.
Nuestros
sueños lo prueban: estamos divididos.
Podemos
simpatizar los unos con los Otros,
y eso
es más que bastante: eso es todo, y difícil,
acercar
nuestra historia a la de otros
podándola
del exceso que somos,
distraer
la atención de lo imposible para atraerla
sobre
las coincidencias,
y no
insistir, no insistir demasiado:
ser un
buen narrador que hace su oficio
entre
el bufón y el pontificador.
Enrique Lihn (Santiago, 1929-1988)
En Porque escribí. FCE. Chile, 1995.
2 comentarios:
me encantó!
un abrazo
Gracielas
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