El fabricante
de gatos
quiere
hacerlos baratos:
junta al gato
con la gata
para que se
reproduzcan
pero ellos
protestan,
juran que no
es posible y escapan
hasta que
aturdidos por la luna acceden.
Es que se
creen víctimas de un cuento
unidos para
enemistarlos con el perro,
asediar ratas
y mear sillones.
Todo sin
objeto.
Los gatos se
retuercen y gritan,
bufan
ásperamente
y por último
se acoplan a regañadientes
sabiendo que
ha habido injusticia.
Adornan
almohadones y uno los cree felices
cuando en
verdad dormitan resentidos,
aburridos de
la vida,
para mayor
gloria de nadie.
De Umbral de
salida, 1990
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